El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Mario Urrea, se han reunido con la Federación Regional de Empresarios de la Construcción en la sede de esta organización.
El Presidente de la Cámara de Contratistas de Obra Pública de la Región de Murcia, Alfonso Segura, acompañado por el Vicepresidente, Alejandro Lázaro y por el Secretario General de FRECOM, Alejandro Zamora, le han dado la bienvenida a su Sede en nombre de todos sus asociados.
El presidente les ha comunicado las actuaciones previstas por la Administración General del Estado en el programa de medidas del Plan Hidrológico de cuenca 2022-2027, que incluyen aquellas que se van a financiar con cargo al Plan de recuperación, transformación y resiliencia, constatándose que las mismas se van a convertir en una palanca importante de activación de la economía en el sureste, y en particular en el sector de la construcción, que podrá liderar la ejecución tanto de las denominadas infraestructuras grises como las infraestructuras verdes, estas últimas constitutivas de una parte importante del citado Plan a financiar con fondos europeos.
El total de las medidas incluidas en el PHDHS en el ámbito de la Administración General del Estado, ascienden a un importe total de 1.035 millones de euros, que se distribuyen en cinco bloques:
Para acometer ese ingente presupuesto se ha puesto de manifiesto la necesidad de estar preparadas las empresas que conforman el tejido productivo de la construcción, con suficientes medios personales y técnicos que posibiliten ser los ejecutores de las mismas, lo cual exigirá una adaptación en un muy corto plazo, dado que las licitaciones y adjudicaciones están ya en marcha.
Se ha puesto de manifiesto el importante nivel de inversión previsto en la cuenca del Segura para los próximos años, que refleja el fuerte compromiso del gobierno de España para con este territorio, aportando recursos presupuestarios para alcanzar los objetivos medioambientales de la Directiva Marco del Agua, satisfacer adecuadamente las demandas de los usuarios de la cuenca de manera compatible con aquellos y, como no puede ser de otra manera, dotar al territorio de una menor vulnerabilidad frente al riesgo de inundaciones que tan gravísimos daños vienen produciéndose desde 2016 y que tuvo su máximo y más dramático exponente en la DANA de 2019.