19/02/2014 | La CHS eliminará casi 300 palmeras afectadas por el picudo rojo en el municipio de Orihuela
Máquina triturando palmeras para evitar la propagación del picudo rojo
Los ejemplares serán sustituidos por especies de bosque de ribera como el almez, el olmo y el chopo
La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), organismo autónomo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, va a eliminar un total de 299 palmeras afectadas por la plaga del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) a lo largo del cauce del río Segura en el municipio de Orihuela. La actuación, que comenzará a ejecutarse la próxima semana, cuenta con un presupuesto de 12.488 euros.
Tras su retirada, los ejemplares serán sustituidos por especies de bosque de ribera autóctonas como el almez, el olmo y el chopo para mantener el cinturón verde en el entorno del río. La replantación, así como su mantenimiento y riego durante los dos primeros años, correrá a cargo del consistorio oriolano, según el acuerdo alcanzado con el organismo de cuenca para frenar el avance de la plaga y contribuir a la protección del palmeral histórico de la localidad.
La mayor parte de las palmeras afectadas son de la especie Phoenix canariensis, mientras que las aproximadamente 900 que permanecen sanas y que se mantendrán en la misma zona son en su mayoría de la especie Phoenix dactylifera, más resistentes a la plaga.
Lucha contra la plaga
Para la eliminación de los ejemplares infectados o muertos se utilizará la misma técnica que se emplea para la protección del palmeral de Elche. Se trata de un método mecánico basado en el triturado in situ por medio de una máquina retrogiratoria dotada de una desbrozadora hidráulica que reduce a pulpa tanto la palmera como los insectos y larvas que pudieran encontrarse en su interior.
Los restos vegetales resultantes, ya sin peligro alguno de provocar infección, pueden descomponerse y reincorporarse rápidamente al suelo como materia orgánica. Este método se esta empleando profusamente en el campo de Elche para eliminar los cultivos de palmáceas abandonados, que constituyen el principal foco de propagación de la plaga del picudo rojo.