8/04/2013 | La riada de San Wenceslao demuestra la importancia de las presas en la defensa contra grandes inundaciones
José Carlos González, comisario de Aguas de la CHS; Antonio Tomás, decano del Colegio de Ingenieros; Rafel Belchí, director técnicos de la CHS; Antonio Sevilla, consejero de Obras Públicas de la CARM; y Miguel Ángel Ródenas, presidente de la CHS.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Miguel Ángel Ródenas, subraya que las obras hidráulicas “salvan vidas y haciendas”
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Miguel Ángel Ródenas, ha subrayado esta tarde que “las presas salvan vidas y haciendas”, como quedó de manifiesto durante el episodio de lluvias torrenciales del pasado 28 de septiembre, uno de los más relevantes de cuantos se tiene registro en la cuenca del Segura. El conjunto de infraestructuras del Plan General de Defensa Frente a Inundaciones en la cuenca del Segura -en realidad un ‘Sistema General de Defensa Frente a Inundaciones’ ya que reúne todas las obras y proyectos realizados a lo largo de los años en el sureste español para combatir las grandes avenidas- contuvo un auténtico tsunami de agua dulce en la vegas de los ríos Guadalentín y Segura. Por otro lado, el actual aumento de las aportaciones de las cabeceras de los ríos Segura y Mundo, que ha elevado el caudal del Segura de forma controlada y continuada durante varias semanas, no habría podido regularse sin la existencia de los embalses de la cuenca.
Ródenas ha pronunciado estas palabras durante la jornada ‘La riada de San Wenceslao. Lecciones y estrategias de futuro’, organizada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y celebrada en el aula de cultura de la CAM. Además del presidente de la CHS, también ha participado el decano del Colegio, Antonio Tomás; el comisario de Aguas de la CHS, José Carlos González; y el director técnico de la CHS, Rafael Belchí. También han asistido los consejeros de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Antonio Sevilla, y de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá.
“Continúa la necesidad de construir nuevas obras hidráulicas, algunas de ellas rescatadas de antiguos proyectos, así como la mejora de alguna de las existentes”, ha confirmado Ródenas, a la luz de las conclusiones obtenidas con los registros de la última gran avenida, conocida como la de ‘San Wenceslao’, conforme a la tradición centenaria en la cuenca del Segura de denominar a las riadas según el santo del día.
Riada de ‘San Wenceslao’
Según el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), el pasado 28 de septiembre la pluviometría alcanzó la cifra máxima diaria de 179 l/m2, con una intensidad de 17 l/m2 en cinco minutos. Las precipitaciones se concentraron fundamentalmente en el entorno de los ríos Guadalentín y Mula y desencadenaron unos caudales punta de avenida de 4.500 m3/seg en Valdeinfierno (Lorca) y unos 2.500 m3/seg en la rambla de Nogalte (Puerto Lumbreras).
Las presas de laminación de la cuenca y, fundamentalmente, los embalses de Puentes y Valdeinfierno, lograron frenar una histórica avenida que habría arrasado las vegas del río Guadalentín y del Segura, con unas puntas previsibles de caudal superiores a 2.000 m3/seg a su paso por las ciudades de Lorca, Murcia y Orihuela. El Sistema General de Defensa de la cuenca del Segura consiguió fragmentar la dimensión de la avenida, de forma que los caudales circulantes quedaron por debajo de la capacidad máxima de sus respectivos encauzamientos.
La Cuenca del Segura dispone de un Sistema General de Obras Hidráulicas proyectado y construido por la Confederación Hidrográfica del Segura en el marco de un ‘Plan General de Defensa contra Inundaciones’ aprobado en 1987, y cuyo detonante fueron las inundaciones de 1973 de la rambla de Nogalte, con un balance de un centenar de víctimas. El Plan de Defensa de la cuenca del Segura supuso la construcción, y en algún caso recrecimiento, de 13 grandes presas. También incluyó la construcción de canales de derivación y encauzamientos, como el del río Segura en su tramo medio y final.