La custodia del territorio es un conjunto de estrategias e instrumentos destinados a conservar los valores naturales, paisajísticos y culturales de una zona determinada, complementando así a otros instrumentos ya existentes para la conservación de la naturaleza cuya finalidad es fomentar la colaboración de diferentes agentes sociales como propietarios, usuarios del entorno, administraciones públicas y sociedad civil en su conservación.
En España, la mayoría de la biodiversidad se encuentra en territorios privados por lo que es fundamental buscar la manera de implicar a los propietarios en la conservación de aquellos recursos que se encuentran en sus fincas. Para ello se promueven acuerdos voluntarios y mecanismos de colaboración continua entre propietarios de terrenos, entidades de custodia y otros agentes públicos y privados, siendo su objetivo final conservar hábitats y especies de flora y fauna que tienen interés por su singularidad, rareza o su estado de conservación.
Las entidades de custodia son las principales responsables de lograr estos acuerdos. Se trata de entidades públicas o privadas sin ánimo de lucro que se caracterizan por participar activamente en la conservación del patrimonio natural y cultural de un determinado territorio. Para establecer estos acuerdos, contactan con los usuarios del entorno o propietarios de una determinada zona, ofreciéndoles ciertos beneficios a cambio de su colaboración. Estos beneficios se plasman en la oportunidad de acceder a nuevos conocimientos, al asesoramiento y apoyo en la gestión y planificación de sus terrenos, etc, siendo una manera de compaginar los usos con la conservación de la naturaleza.
Los ríos y sus riberas como fuentes de biodiversidad, son espacios idóneos para la recuperación y conservación del patrimonio natural de un territorio. La custodia fluvial es una modalidad de la custodia del territorio aplicada a los ríos y otras masas de agua que presenta algunas particularidades ya que el agua no tiene propietario (es un bien de dominio público) y de su gestión se encargan las Confederaciones Hidrográficas.
Sin embargo, para conservar el patrimonio natural de estos ecosistemas es necesaria la implicación de las administraciones locales, los propietarios de terrenos colindantes, los usuarios del aguacomo regantes o pescadores y la sociedad local, rompiendo así con la tradición de dejar que sean las administraciones públicas las que se encarguen en exclusiva de su cuidado ya que es patrimonio de todos.
En la custodia fluvial adquiere especial relevancia el voluntariado ambiental, al ser uno de los principales canales de participación de la sociedad en la conservación de los valores naturales, culturales y paisajísticos de nuestros ríos e inculcar el respeto al medio ambiente. Sus principales líneas de actuación son las actividades de conservación y mejora del ecosistema fluvial, el diagnóstico y evaluación del estado ecológico de nuestros ríos, las de información, sensibilización y custodia del territorio, así como las actividades de restauración del patrimonio cultural y de fomento del uso público.
Custodia fluvial